jueves, 9 de mayo de 2024

 

SERVICIO, ENTREGA y ACOGÍDA, UNA EXPERIENCIA DE CONTRASTES

¿Cómo empezar? La misión para mí ha sido, es y será una experiencia inolvidable y única. Es una sensación de plenitud, felicidad, compartir y acercamiento que me hace reflexionar sobre muchos aspectos de mi vida. Ha sido mi primera experiencia como misionero, fue de una forma un tanto inesperada: Me estaba formando y preparando en curso de formación con la ONG'D Madre Selva de las FMA {salesianas), y de pronto apareció el COVID-19 y se paralizó todo, dejándonos en un alto para ver cómo el mundo luchaba contra la pandemia. Ya con la situación respecto al COVID-19 controlada, empieza a verse un horizonte mucho más atractivo para las personas. La ONG'D Misevi España, se pone en contacto conmigo en vista de mis inquietudes y me propone realizar su formación y acudir como misionero a la ciudad de Lobito en Angola. Acepto, unas veces online y otras presencial realizo la formación en Madrid y Salamanca. En ese tiempo realice las gestiones a nivel de embajada de Angola en Madrid entregando la documentación necesaria, pagando todos los requisitos necesarios para obtener la Visa. Transcurrido un plazo de unos nueve meses, no sé nada de la Visa solicitada. Por este motivo Misevi me ofrece nuevo destino, la ciudad de Cochabamba en Bolivia. Acepto la proposición y me preparo para mi viaje. Con fecha 22 de enero de2022 aterrizo en el aeropuerto de la ciudad de Cochabamba. Me recibe la comunidad misionera, Germán, Delmi y Valeria. Me instalo en la misión. Al llegar al primer proyecto de trabajo y misión, recuerdo llegar a la casa de acogida de familias que han padecido violencia de género y ver la realidad de aquellas mujeres y sus hijos se me hace un nudo en la garganta. Son mujeres con recursos económicos escasos, pero siempre tienen una sonrisa en los labios. Al llegar veo a niños y jóvenes conviviendo con una misma idea la de superar momentos difíciles en su vida con un mismo objetivo, seguir delante de la mejor manera, y esto fue lo que capto mi atención. Me hizo sentir que perdemos mucho tiempo enfocándonos en cosas que no valen tanto la pena y disfruté de aquellos momentos con los detalles más pequeños entre las mamas y sus hijos. El hecho es que tenía que prepararme para este proceso que me esperaba, vivir comportamientos y oír experiencias muy desagradables y que te cambian la perspectiva de la vida y me incita a seguir emocionado por lo que estoy por vivir.

La experiencia con el grupo de mujeres PROMOTORAS, dentro del CAM {Centro de Atención a la Mujer), ha sido magnifica. Grupo de mujeres que trabajan en el lDlF (Centro de investigación Forense), donde se ofrece, servicio de laboratorio criminalístico, laboratorio químico, investigaciones forenses especiales. registro y custodia de evidencias, medicina forense especializada en violencia contra la mujer. Este grupo de mujeres trabajan en la prevención de la violencia hacia la mujer en áreas rurales y periurbanas del municipio de Sacaba. Son mujeres capacitadas a la resolución pacífica de conflictos, contención y orientación a las víctimas, derechos humanos de niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores, pero sobre todo en los derechos de las mujeres a vivir una vida libre de violencia.

Solo hay que recordar que no debemos esperar a los días fuertes para acordarnos de Dios, la misión la podemos hacer día a día, creyendo y dando lo mejor de nosotros, y eso, en definitiva, es lo que no olvidaré y repetiré hasta que me sea posible. soy responsable de las decisiones que tomo, tengo la capacidad para elegir la rectitud y la felicidad, sin importarme cuales sean mis circunstancias. El tiempo pasa rápido. cuando menos me lo esperé, cumplí nueve meses como misionero, teniendo la oportunidad y satisfacción de poder ir, convivir con gente que comparte sus alimentos y que te hace parte de su día a día; te abren las puertas de sus habitaciones y te tratan como uno más de la familia; compartes experiencias con familias, te vas encariñando, solo por llegar a su vida y compartir la palabra del señor.

Es muy entendible que en nuestra sociedad de consumo cueste trabajo dejar fuera las vacaciones, fiestas y eventos, pero cuando vives una experiencia misionera, te das cuenta de que estás dejando la comodidad por venir a ayudar, a cambiar la vida de las personas, a volverte mejor persona, entregando una parte de ti a Dios y a los demás. En definitiva, es algo de lo que no me arrepentiré jamás. Existen misioneros con mucho valor. Todos tenemos un objetivo común, que, a pesar de ser personas diferentes, de países y formas de vida distintos llegamos a tener una conexión estupenda, pues compartir experiencias comunes, experiencias misioneras, hace que logremos sentir empatía con quienes se volverán nuestra familia, nuestro equipo y nuestro soporte en el tiempo de convivencia con la comunidad misionera.

Tengo la responsabilidad de desarrollar mis aptitudes y el talento que Dios me ha dado, ahora en el colegio Pedro Poveda de Cochabamba con la institución Teresiana fundada por San Pedro Poveda, sacerdote español. Mi misión es un momento para aprender a rendirle cuantas a Él por lo que hago con mis habilidades y por como utilizo mi tiempo. No pierdo el tiempo estando ocioso, sino que estoy dispuesto a trabajar duramente. He escogido ser coherente y digno de confianza, espero hacer cosas buenas por mi propia voluntad.

Dios me ha invitado a dedicarme a Él. La norma misional, tal como el estudio personal, es fijar objetivos y el uso correcto de la tecnología me han bendecido durante la misión y espero que toda mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario