Equipos futbol-sala (Festividad Santa Rita 2009) |
Entre las múltiples experiencias que permite nuestro mundo
emocional se encuentra el sentimiento de nostalgia. Un viaje imposible, pero
añorado hacia nuestro pasado.
De pronto, me siento invadido por imágenes, resonancias,
palabras o sensaciones del ayer. Me di cuenta de que no es un mero ejercicio de
memoria, ya que, acompañando esos trazos de vida vivida, amanecen vagas
emociones que parecen instalarse definitivamente en mi interior. Ocurre
entonces que de aquellas emociones imprecisas despiertan en mí un enorme sentimiento
que cubre todo mi ser con su presencia. Es como si de golpe todo el pasado
vivido quedara resumido en esa imagen. Como si el tiempo se estancara con el
único propósito de meterme en la encrucijada de ser lo que ya no puedo ser.
Elogiar el tiempo pasado desde la gratitud puede entenderse
como un acto de alineamiento interior. Poder mirar atrás, lo vivido, en paz y
tranquilidad es un buen ejercicio. No se trata de evitar una presencia nostálgica, sino integrarla
como parte del inmenso don de haber podido vivir momentos de tanta plenitud.
Acordarme de aquel que fuí y poder observar el que soy ahora
sintiendo el sentimiento de añoranza, es cosa buena. Este sentimiento no deja
de ser una pérdida por un yo que existió. Crear mi historia personal que a
veces se entromete en mi vida cotidiana pidiendo que la haga un sitio, es
necesario. No obstante, al momento siguiente regreso a la actualidad, a mi yo
actual, y puedo admirar serenamente como está mi vida es puro movimiento.
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Partido Futbol-Sala (Festividad Santa Rita 2011) |